“Porque no siendo rey, hacia más que si lo fuera… Ya que no se hacía en todo el reino más que lo que él, Tlacaélel mandaba”. -Códice Ramírez.
Tlacaélel, el primer Cihuacóatl proveniente de la ciudad flotante de Tenochtitlán, quien aconsejó a tres emperadores aztecas, buscó la transcendencia de su pueblo, al cual también llevó a su libertad. Es el protagonista de la novela histórica de Antonio Velasco Piña, la cual comparte el mismo nombre que el Consejero Supremo; “Tlacaélel el Azteca entre los Aztecas”.
La mayoría de los mexicanos hemos aprendido sobre el Imperio Azteca en nuestras clases de Historia de México en primaria, secundaria y a lo mejor incluso preparatoria. Sabemos que era un imperio grande, que abarcaba una gran parte del centro de lo que hoy es México, pero desafortunadamente cayó ante los españoles en 1521, dando inicio al proceso de la conquista. Pero ¿Cómo inició este gran imperio? ¿Quiénes estuvieron antes de Moctezuma II y Cuauhtémoc? ¿La batalla contra los españoles fue su primera derrota? De todo esto nos habla Velasco Piña a través de su novela, logrando que el relato esté lejos de ser aburrido, y se convierta en una experiencia interesante que nos permite conocer más detalle de las sociedades base de nuestra cultura mexicana.
También llegamos conocer personajes icónicos como Nezahualcóyotl, un prófugo poeta militar que se llegó a convertir en gobernador de la tierra de la cual un día huyó, Citlalmina, mujer que el mismo Tlacaélel describe como su otra mitad, Moctezuma, hermano de Tlacaélel y su mano derecha hasta su último aliento, entre otros personajes, que forjaron la grandiosidad del Imperio Azteca.
Si estás buscando un libro un poco diferente, considero que este es para ti, porque al ser de una novela, no aborda la historia de una forma aburrida, sino que llega a atraparte y motivarte a seguir leyendo. Además de que Antonio logra que veamos a estos personajes como humanos y no como simples personajes que alguna vez pisaron el mismo suelo que nosotros, sino que nos describe a detalle sus emociones y trata de adivinar sus pensamientos ante ciertas situaciones con el fin de que no pierdan su esencia humana. Todo esto lo hace, tomando en cuenta siempre las creencias y valores que tanto caracterizaban a la cultura azteca.
Referencia:
Velasco, A. (2019) Tlacaélel: El azteca entre los aztecas. Editorial Porrúa.
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