La vida sigue, con sus altos y bajos,
como la marea del mar.
La vida sigue, sin detenerse por nada ni nadie,
como el flujo de los ríos.
La vida sigue, no le importa tu sentir,
como la tempestad en las junglas.
Pero a pesar de todo es bella,
como los arrecifes de coral, la vida sigue.
No se detiene pero tiene sus momentos de tranquilidad, para luego seguir
como las lagunas, la vida sigue.
Su flujo constante nos mantiene en movimiento,
los altos y bajos, su constante cambio, la tranquilidad después de la tormenta,
que nos permite apreciar la complejidad; indiferente a nuestra percepción: la vida sigue.
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