Una historia sobre la importancia de los gestos y las manos que señalan y comunican.
Todas las palabras que no me han dicho es un libro de 2016 escrito por Véronique Poulain, esta es una novela conmovedora y divertida que explora la vida de una adolescente que crece en un hogar con padres sordomudos.
La historia sigue a Véronique, la autora, quien presenta su historia a forma de diario y con ayuda de relatos cortos sobre sucesos importantes de su vida, en este nos demuestra los desafíos que debe lidiar en toda época de su vida, especialmente en la adolescencia y más al tener padres sordomudos.
Lo interesante del libro son las experiencias de vida que la escritora cuenta, puesto que su perspectiva es fresca e íntima, al mostrar cómo su vida cotidiana es divertida y amorosa, a pesar de las dificultades que conlleva tener padres que no se comunican como verbal y corporalmente lo hacen el resto de los padres.
Frases como “no sé qué hago aquí” o “me gusta el silencio”, marcan al lector y lo ponen a empatizar con la situación de Veronique, momentos donde las reacciones se muestran por medio de las manos, los gestos y el lenguaje de señas, nos demuestran cuán diferentes son las vidas y peleas de los personajes a los demás.
El humor es una herramienta muy usada para transformar los momentos dramáticos a más livianos y hacer la lectura más entrañable para el lector.
El estilo narrativo de Poulain es ligero y accesible, ideal para un público juvenil. La obra aborda temas como la inclusión, la diversidad y la comunicación, ofreciendo una mirada profunda a la cultura sorda y a las dinámicas familiares. La autora logra equilibrar momentos cómicos con reflexiones profundas sobre el amor filial y la aceptación.
La importancia de libros como estos son las nuevas perspectivas que ofrecen a los lectores, las cuales crean un interés a temas diferentes y comunes a los cuales irónicamente no se tiene tanta información o cercanía a estos, a pesar de estar presentes en nuestros alrededores.
Por ello, recomiendo mucho este libro, ya que es una pequeña joya que enseña un amor diferente de padres a hijos, un amor que no es malo ni difícil, solo es otro al que no estemos acostumbrados. Además la capacidad de ilustrar la vida de una familia no convencional, genera más impacto e interés respecto a temas como la inclusión y la empatía a personas sordas, mudas o sordomudas.
Los temas ilustrados en de “Todas las palabras que no me han dicho”, hace del libro una lectura enriquecedora que invita a la reflexión sobre las relaciones humanas, el amor familiar y la importancia del lenguaje en nuestras vidas.
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