En término generales, la pandemia ha traído mucha inestabilidad y crisis a diferentes sectores económicos, tanto nacionales, como internacionales. La nueva normalidad ha obligado a muchos comercios y negocios a adaptarse y orilló a todos a mostrar su mayor nivel de resiliencia. ¿Cómo nos fue a los Mexicanos en eso?
Te tengo buenas noticias: bastante bien. El emprendimiento en México ha tenido una estancia bastante placentera. El 72 % de nuestra fuerza laboral viene de estos pequeños y medianos emprendimientos. Ahora, el emprendimiento es aquella acción de crear un negocio. Así que una Startup es un emprendimiento, pero no todo emprendimiento es un startup. La diferencia primordial es que el startup tiene un plan establecido para crecer, para escalar. Aquel negocio que no crece se queda como emprendimiento. Sin embargo, las verdaderas estrellas de esta temporada han sido las scaleups.
El scaleup es un startup con desarrollo único, modelo de negocio viable, estructura interna sólida y con gran competitividad. Su gran valor proviene de la activación económica y la provisión de empleos y productividad innovadora. Una vez que un emprendimiento se convierte en un startup, enfrenta desafíos más grandes que le dan la capacidad de seguir escalando y convertirse en un scaleup.
Dentro de las scaleups, existen los unicornios. Estos se diferencian de los scaleups porque su potencial de desarrollo es exponencial; poseen innovación disruptiva, cambian la forma en la que se soluciona un problema con estrategias arriesgadas o sin antecedente; son ‘first-movers’ o son pioneros en su área, o sea, que no hay competencia directa que ofrezca lo que tienen; y sus modelos de negocio y operaciones se sostienen mucho en la tecnología. Esto los hace más accesibles al mercado y con mucha probabilidad de mayor escalamiento. Están enfocadas en su mayoría a los consumidores, lo que, en términos técnicos, se define como ‘B2C’: business-to-consumer. Se puede describir a un unicornio como entidad privada, valuado en más de $1,000 millones de dólares.
La incertidumbre es un motor de impulso más que un obstáculo para el emprendimiento. Los emprendedores sobresalen en las crisis, echan a andar sistemas que la sociedad necesita en tiempos difíciles, y es por eso por lo que, aun estando en plena pandemia, los startups Mexicanos han logrado tener una actuación impresionante en el último año y medio. A simple vista, se podría pensar que estos negocios están amenazados por problemas causados por la contingencia. No obstante, resulta en todo lo contrario por sus modelos no convencionales y su desapego a giros tradicionales. La COVID-19 nos proporcionó un espacio donde las personas percibieron vacíos que pudieron y pueden ser manejados con soluciones específicas que generen un cambio tecnológico, social y económico en la población general.
Ecosistema Mexicano
Nuestro primer unicornio nace en septiembre de 2020, en plena pandemia. Kavak, la plataforma que compra y vende autos usados en ese entonces rondó el valor de $1.1 mmdd. Actualmente, su valuación asciende a $8.7 mmdd. Por otro lado, tenemos a Bitso, una plataforma de intercambio cripto valuada en $2.2 mmdd en mayo de 2021. Para junio 2021, no muy después, ya teníamos a Grupo Bursátil Mexicano (GBM) como el tercer unicornio. Posteriormente vino Clip con su disrupción en el mercado financiero tradicional (sistema de pagos en comercios no-tech). No tarda mucho para que otros emprendimientos sigan despegando, como ya lo hizo Konfíoo Merama.
Los principales hubs Mexicanos son la CDMX (65 startups), Guadalajara (43 startups) y Monterrey (31 startups). No está nada mal, sin embargo, existe aún mucho mercado disponible para seguir desarrollando negocios disruptivos que cambian el dinamismo económico. Nuestro PIB de $1.2 billones de dólares nos hace parte del top 20 de economías más grande del mundo. Para 2050, se estima que seremos la 6° economía más grande. ¿Qué quiere decir esto? Que una clase media florecerá y por consecuencia, habrá nichos de mercados nuevos para tener como objetivo. Esperemos a que otros estados se sumen a la creación de Startups disruptivas.
México tiene el ambiente idóneo para que sigan naciendo unicornios. Tenemos talento joven emergente, y especializado en ingenierías. También poseemos muchos sectores sin tantos jugadores, lo que hace atractivas a las empresas que empiezan por ahí, atrayendo inversiones de otros países. Más aún, tenemos un bajo costo de vivienda, a comparación de Estados Unidos, por lo que hace muy accesible la estadía en nuestro país. Hasta eso, no estamos taaan mal en internet, pues es relativamente accesible y el 70 % de nosotros lo tenemos. Nuestro perfil de consumo nos hace un mercado exageradamente atractivo para las empresas, independientemente del servicio o producto. No por nada Amazon, Netflix y Spotify nos aman. Por último, tenemos una capacidad enorme para desarrollar soluciones FinTech. En un país donde existe informalidad financiera y limitantes para cierto porcentaje poblacional, no es para menos ver el mercado latente para satisfacer a estos nichos.
Wrap Up
El desarrollo de nuevos startups en México está en pleno auge, por lo que yo personalmente te recomendaría empaparte considerablemente de las tendencias actuales que en unos cuántos años (sino es que meses) estarán dominando el mercado nacional. La iniciativa de desarrollar ciertos mercados aún tiene mucha más oportunidad para alcanzar su máximo potencial. Los mercados emergentes como México, Brasil, Argentina o Colombia son perfectos para implementar soluciones que desafíen los sistemas tradicionales. Eso es lo que hace que los unicornios se conviertan en unicornios. Los vacíos o defectos que encontramos en nuestro país son negocios en potencia, solo piénsalo. ¿Cuál será el siguiente unicornio empezando el 2022?
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