Reconocer nuestros límites es reconocer que somos dignos de amor, de cometer errores, de pedir ayuda y apoyo emocional, de tener nuestras propias opiniones y creencias, de que el rechazo no es muestra de nuestro valor, etc. Es reconocer que tus necesidades son igual de importantes que la de los demás.
Todos los seres humanos tenemos fronteras diferentes, pero establecerlos significa serle fiel a nuestra persona y una gran muestra de amor propio que nos ayudará a lograr existir sanamente con uno mismo y las personas que nos rodean.
Una vida sin límites es como vivir con una máscara en la que tenemos miedo a mostrar quienes somos para encajar con las opiniones de los demás y tener miedo de que si nos mostramos las personas se alejen; es tratar de cumplir con las exigencias de los otros a costa de nuestro bienestar o lo que uno quiere; es no poder decir no. Toda esta falta de fronteras en nuestra vida hace que poco a poco perdamos nuestra voz, al dejarnos en último lugar y olvidarnos sobre lo que uno realmente quiere.
Pero ¿Cómo puedo aprender a poner límites cuando toda mi vida esto no ha sido así? Aprender a ponerlos puede llegar a ser una idea aterradora, pero ¿que pensaran los demás? ¿Qué pasa si pierdo amigos? ¿Y si me quedo solx? La realidad es que, al momento de poner límites, muchas veces puede implicar que personas salgas de nuestra vida, pero muchas de ellas solo vivían a nuestra costa y sobre el sacrificio de uno mismo para ellos, en cambio, las personas que se quedan son las que verdaderamente están porque quieren y tu no tuviste que estar intentando encajarlas, las puertas están abiertas para las que personas que quieran llegar con respeto y que tu quieras en tu vida, entren y las que no quieren estar al poner tus límites, salgan.
Una de las cosas más importante al momento de empezar a poner límites en nuestra vida es dejar libre espacio a nuestros sentimientos y escuchar el mensaje que nos mandan.
Muchas veces el no saber poner límites está acompañado de resentimiento, tristeza o ansiedad. Por lo que es importante preguntarnos qué es lo que sentimos y queremos, y que pedirlo no es un acto egoísta sino algo crítico para la paz mental. Como se mencionó al inicio del texto, todos tenemos límites diferentes, por lo que al momento de identificar nuestros sentimientos, es importante que nos lo preguntemos a nosotros mismos, ya que lo que para alguien no es importante, para ti lo puede ser; o al revés, lo que para alguien es importante, para ti no, por eso es necesario conocerte y tomar la decisión que te traiga paz.
Les deseo a todxs una vida con límites es la que se sientan cada vez más ustedes mismos y con más amor propio, en la que puedan expresarse con libertad, dándose el lugar que, así como le otorgamos a otros en un momento igual nosotros lo merecemos.
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