¿Te consideras una persona vitamina?
Una persona vitamina mantiene la capacidad de asombro y ganas de aprender y pone ilusión y pasión en su vida y en las actividades que realiza. Cuando actuamos desde la ilusión los demás lo pueden notar, y la entonces la energía se contagia. Ser una persona vitamina nos ayuda a trabajar con buena actitud y confianza en nosotros mismos, mejora nuestra salud física y psicológica y nos abre un mundo de oportunidades.
Para ser una persona vitamina, primero tenemos que ver esa “vitamina” que todos llevamos dentro, saber reconocerla y hacerla crecer, pues todos tenemos algo maravilloso que compartir. Al saber distinguir que, como persona también contamos con esa esencia única, podemos entonces ver la vitamina que hay dentro de las personas con las que nos cruzamos en el camino, y para verla necesitamos conectar con lo mejor de su personalidad, sus ideas y entusiasmo, en cada actividad o conversación podemos aprender nuevas perspectivas.
Hay que tomar en cuenta que al pasar tiempo con distintas personas nuestro cerebro se alinea con el de los demás y podemos influir de manera positiva e inyectar alegría y energía, además, de que nos ayuda a enriquecer nuestras opiniones. Por lo tanto, también tenemos que rodearnos de personas que nos contagien de esa buena actitud, incrementen nuestra autoestima y nos motiven a sacar a relucir la mejor versión de nosotros mismos.
Es necesario deshacernos de aquellas actitudes y características tóxicas que, en lugar de traer beneficios, nos perjudican, y nos alejan de los demás, y reemplazarlas por aquellas cualidades que nos impulsan a generar y mejorar nuevas habilidades de comunicación para una mejor convivencia.
Por último, analicemos la frase final y preguntémonos, ¿soy una persona vitamina? ¿estoy aportando algo bueno en los demás? Lo más importante es dejar relucir nuestra chispa y apoyar con pequeñas acciones que en realidad generan un grandes resultados.
“Sé el cambio que deseas ver en el mundo”- Mahatma Gandhi
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