En los últimos dias, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha realizado una serie de declaraciones y amenazas que han causado tensión a nivel internacional. Ha tomado medidas severas en contra del pais implementando políticas que afectan a miles de familias mexicanas. Estas acciones incluyen en gran variedad, principalmente, medidas economicas, migratorias y diplomáticas, generando un debate sobre las consecuencias entre ambos países . Desde una perspectiva moral, es evidente que el presidente Trump está luchando por proteger los intereses de los suyos, buscando cumplir con las promesas que hizo durante su campaña presidencial. Sin embargo, sigue surgiendo una pregunta funadamental: ¿Cómo afecta todo esto a México y a miles de personas mexicanas que viven en el país y que dependen del intercambio económico y las relaciones bilaterales entre ambas naciones? Es crucial reflexionar sobre las consecuencias humanas, sociales y económicas que estas acciones provocan.
Las reducciones en el envío de dinero y/o remesas debido a las deportaciones y acusaciones por parte del presidente de los Estados Unidos tienen un efecto dominó, cuyas consecuencias afectan profundamente a miles de familias mexicanas, desde su crecimiento personal hasta las bases económicas que permiten la construcción de sus viviendas. Este fenómeno, que afecta la estabilidad económica de muchas comunidades, es más visible en aquellas regiones donde las remesas son una fuente vital de ingresos.
Un ejemplo claro de esta situación se encuentra en el estado de Veracruz, en un pequeño pueblo llamado Soledad Atzompa, que tiene una población estimada de 20 mil habitantes. En este pueblo, cerca del 80% de los ingresos provienen de las remesas enviadas por familiares que viven en los Estados Unidos. Estas remesas han sido fundamentales para el bienestar económico de los residentes, especialmente en lo que se refiere a la construcción de viviendas. Si visitas Soledad Atzompa hoy en día, podrás ver cómo muchas casas están a medio construir, ya que las remesas, que antes permitían financiar estas obras, ahora se han visto gravemente reducidas debido a las políticas migratorias de los Estados Unidos. Esto refleja cómo una simple alteración en los flujos de remesas puede impactar negativamente en la vida cotidiana de miles de personas.
A nivel nacional, se calcula que alrededor del 20% de las remesas se destinan a la construcción de viviendas, principalmente en zonas rurales y marginadas, que dependen en gran medida de este tipo de ingresos para poder desarrollarse. Este porcentaje, aunque parezca bajo, representa una cifra considerable cuando se tiene en cuenta la magnitud de la economía mexicana. La disminución de estas remesas podría ser equivalente a la reversión de décadas de progreso en el desarrollo urbano de estas áreas, frenando no solo la construcción de viviendas, sino también otras mejoras en infraestructura básica que ayudan a elevar la calidad de vida en estas comunidades.
Además de los efectos directos sobre las viviendas, este fenómeno también tiene un impacto en la economía nacional. Las remesas, que representaron aproximadamente el 3.4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México el año pasado, son un motor importante de crecimiento económico, sobre todo en las áreas más vulnerables del país. La reducción de este flujo de dinero puede tener efectos en cadena sobre diversas industrias, desde la construcción hasta el consumo de bienes y servicios, afectando principalmente a las familias más necesitadas, que dependen de estas remesas para su sustento diario.
Por otro lado, las deportaciones masivas, que podrían alcanzar entre 11 y 12 millones de mexicanos, representarían un desafío monumental para México. La repatriación de un número tan elevado de personas exigiría la creación urgente de al menos 3 millones de viviendas adicionales en un período muy corto, lo cual sería casi imposible de realizar sin una planificación adecuada. Además, este proceso de repatriación provocaría un gran sobrecargo a la infraestructura ya existente en muchas regiones del país.
De acuerdo con el CONEVAL, varios estados del sur de México, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas, son particularmente vulnerables a los efectos negativos de esta situación. Estos estados enfrentan serias carencias en servicios básicos como agua potable, electricidad y atención médica, lo que hace que la repatriación de millones de personas sea aún más problemática. El colapso de los sistemas de agua y electricidad en estas áreas es una posibilidad real, ya que la infraestructura actual no está preparada para manejar un aumento tan abrupto de la población. Además, la necesidad de construir viviendas rápidamente generaría problemas relacionados con la salud pública y la seguridad, debido a la falta de planificación y recursos. La capacidad limitada de los gobiernos municipales para hacer frente a este aumento en la demanda de servicios públicos también se vería afectada, ya que los fondos disponibles para mejorar las infraestructuras y brindar servicios básicos serían insuficientes.
Este escenario subraya cómo las políticas migratorias y económicas de un país vecino pueden tener repercusiones profundas y duraderas en el bienestar de millones de mexicanos. Las consecuencias de la reducción de remesas y las deportaciones no solo afectan la economía, sino también la calidad de vida, la seguridad y la estabilidad social de miles de familias mexicanas, cuyas vidas dependen de estos flujos de dinero y de la capacidad del país para gestionar el regreso de millones de deportados.
Fuentes:
Reducción de remesas detendrá la construcción de 50 mil viviendas - La Prensa | Noticias policiacas, locales, nacionales. (s. f.). OEM. https://oem.com.mx/la-prensa/metropoli/reduccion-de-remesas-detendra-la-construccion-de-50-mil-viviendas-21483070#
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