Donald Trump usa tácticas de presión y aranceles para negociar, logrando acuerdos favorables pero controversiales.

El presidente Donald J. Trump ha demostrado ser un negociador implacable, capaz de presionar hasta el límite para conseguir lo que quiere. Su estilo se basa en generar incertidumbre, lanzar amenazas contundentes y esperar a que la otra parte ceda antes de comprometerse en un acuerdo. Es una táctica que ha usado tanto en los negocios como en la política, y hasta ahora, le ha funcionado.
Uno de los ejemplos más claros fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que terminó convirtiéndose en el T-MEC. Desde el principio, Trump insistió en que el acuerdo perjudicaba a Estados Unidos y amenazó con retirarse si México y Canadá no aceptaban nuevas condiciones. Para aumentar la presión, impuso aranceles a productos clave, lo que obligó a sus socios comerciales a volver a la mesa de negociación. Al final, logró un acuerdo más favorable para su país, demostrando que su estrategia de “apretar hasta el último momento” podía dar resultados.
Otro caso reciente fue su enfrentamiento con el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Todo comenzó cuando Petro rechazó un vuelo de inmigrantes deportados desde Estados Unidos. En respuesta, Trump amenazó con imponer un arancel del 25% a todos los productos colombianos, advirtiendo que, si no cedían, la cifra podría subir hasta el 50% en solo una semana. Colombia depende fuertemente del comercio con Estados Unidos, especialmente en sectores como el petróleo, el café y las flores cortadas. Sabiendo el impacto que esto podría tener en la economía del país, Petro intentó contraatacar con sus propios aranceles, pero al final tuvo que ceder y aceptar las condiciones de Trump.
Este tipo de situaciones dejan claro que Trump no solo negocia, sino que impone su voluntad. Su estrategia es simple: hacer que la otra parte sienta que tiene más que perder si no cede. Es una táctica arriesgada, pero la realidad es que muchas veces le ha funcionado.
México también ha sentido la presión de Trump. Cuando decidió imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas como medida de presión por el tema migratorio, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con aranceles sobre productos estadounidenses. Sin embargo, al poco tiempo ambos acordaron parar estas medidas por un mes para buscar una solución. Esto demuestra que Trump usa los aranceles no solo como una herramienta económica, sino como una forma de negociación para lograr otros objetivos políticos.
Su enfoque también ha generado reacciones dentro de Estados Unidos. Tras anunciar sanciones comerciales en respuesta a la crisis migratoria, miles de inmigrantes y sus familias salieron a protestar. En ciudades como Los Ángeles, más de 1,000 personas bloquearon la autopista 101 durante dos días, exigiendo un cambio en las políticas migratorias. Este tipo de acciones muestran el impacto real de sus decisiones en la vida de las personas.
Al final del día, Trump juega con los costos y beneficios. Sabe que muchos líderes no pueden permitirse el lujo de enfrentarse a Estados Unidos, por lo que impone sanciones lo suficientemente fuertes como para hacer que ceder sea la mejor opción. No es un negociador tradicional que busca un punto medio, sino alguien que presiona hasta conseguir lo que quiere. Su método es cuestionable, pero ha demostrado ser efectivo en más de una ocasión.
Como hija de inmigrantes mexicanos, este tema tiene un impacto profundo en mí. La conversación sobre inmigración y el movimiento "Make America Great Again" ha generado diversas opiniones y debates en la sociedad estadounidense. Muchos hijos de inmigrantes, como yo, somos ciudadanos activos que contribuimos al país y conocemos las historias de aquellos que han dejado todo atrás en busca de nuevas oportunidades. Es un tema complejo que involucra múltiples perspectivas y realidades. Sin importar las posturas políticas, es claro que Trump es un estratega comercial eficaz. Sabe analizar con precisión las ventajas y desventajas de cada declaración y construir una narrativa que le permita negociar con determinación para obtener lo que busca. Conoce su poder en negociación, y sus estrategias siempre son objetivas y eficaces. Su habilidad para ejercer presión y crear situaciones donde sus oponentes perciben que tienen más que perder lo ha establecido como un negociador formidable.
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