Queridos lectores,
Hoy me dirijo a ustedes con emociones encontradas, porque ha llegado el momento de decir adiós. Es difícil expresar con palabras la gratitud que siento al mirar atrás y contemplar el viaje que hemos compartido juntos a lo largo de estos meses.
Cuando empecé este viaje como escritor, nunca imaginé la increíble comunidad de lectores que se formaría a mi alrededor. Sus corazones en la página alegraban mi día siempre que la revisaba, nada llenaba más de emoción mi semana, que buscar alguna noticia interesante que compartir con ustedes, podía ser cualquier cosa, pero yo me esforzaba por encontrar lo más interesante y acorde a mis gustos para que ustedes pudieran disfrutar de leerme.
Pero, como todo en la vida, las letras deben llegar a su fin. En este momento, siento que es hora de cerrar este artículo y comenzar uno nuevo. No es un adiós definitivo, sino más bien un hasta luego. Me despido con la esperanza de que nuestros caminos se crucen nuevamente en el futuro.
Les agradezco desde lo más profundo de mi ser por su apoyo inquebrantable. Sin ustedes, mis queridos lectores, mis columnas no serían más que palabras en el inmenso mar, llamado internet. Gracias por acompañarme en esta travesía, por darle vida a mis palabras y por convertirlas en algo significativo.
Aunque esta carta marque el final de una etapa, estoy emocionado por lo que el futuro nos depara. Siempre recordaré con cariño cada corazón en cada publicación. Ustedes son la razón por la cual escribo, y siempre llevaré conmigo el amor y la gratitud que me han brindado.
Hasta la próxima, queridos lectores.
Con aprecio, Diego J. Rosas Limón
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