Dada la época en la que vivimos, es imprescindible el uso de redes sociales como una herramienta para la comunicación. Sin embargo, es bien sabido que existen ciertos efectos adversos –física y mentalmente– para aquellos que las utilizamos. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Toledo con respecto a su uso y la autoestima de las personas, se concluyó que: “los participantes tenían un nivel más bajo de autoestima después de tener una mayor exposición a las redes sociales que los participantes con una menor exposición”[1] (Vogel et al. 2014).
Personalmente, en los últimos meses se me hacía muy complicado ver Instagram, sentía que no me beneficiaba en nada y que sólo absorbía parte de mi energía. No obstante, me he dado cuenta que cambiando la manera en la que usamos las redes sociales, de forma que a cada quien le convenga por su salud mental, es una opción para dejar de verlas como algo negativo.
A continuación, me gustaría compartirles algunos consejos que han sido útiles para mí.
1. Depurar lo que ves, a quiénes sigues o de quién eres “amigo”
A pesar de que una ventaja del social media es que te permite salir de tu zona de confort y conocer perspectivas, ideas y opiniones de personas que tal vez difieran mucho de las tuyas, seguir a gente que coincida con tu estilo de vida y que estén en comunión con tus principios y valores hará que sea más sencillo ver lo que comparten. Si alguien no te aporta nada –o si sólo te genera emociones desagradables–, estás a un clic de dejar de desgastarte en ello.
2. Buscar inspiración
Algo increíble que podemos obtener de las redes sociales es conectar con personas que te alienten a crecer y a alcanzar tus metas. Trata de encontrar personas que te animen a hacer actividades que te gustan y que te hagan sentir bien –hasta puedes descubrir cosas nuevas–. Algunos creadores de contenido que me agradan mucho son The Bliss Bean, Shea Jordan, Isadora Vera, Beyond Words y PriscillaStyles.
3. Dejar de compararte
Si bien, a veces decir esto es mucho más fácil que hacerlo, algo que me ayuda mucho es recordar que, lo que se ve en redes sociales, es lo que los demás quieren y nos permiten conocer de ellos. Detrás de cada post, de cada tweet, de cada historia, hay una persona real con altas y bajas en la vida como cada uno de nosotros y no porque no lo publique, significa que no tiene situaciones con las cuales lidiar.
Finalmente, recuerda que nadie está obligado a nada y, si quieres alejarte por un momento de las redes sociales y de lo abrumadoras que pueden llegar a ser, es entendible y está bien, el mundo no se va a acabar porque te pierdas la story de tu ex.
[1] Traducción elaborada por la autora de este texto a partir de la fuente original.
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