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Foto del escritorLucía Coronel

HERIDAS DE LA INFANCIA

Freud decía que “la infancia era destino”, ya que lo que sucede en ella va a marcar nuestra vida adulta y la forma en cómo nos relacionamos en nuestro entorno. Las heridas de la infancia son lesiones afectivas que al no sanarlas nos generan infelicidad y problemas en todas las áreas de nuestra vida.

Pero, ¿cómo se generan estas heridas? En la infancia surgen distorsiones en la interpretación de la realidad, ya sea que verdaderamente existan situaciones negativas, o que el niño las perciba de esa manera, y de esta forma, estos eventos dejan una huella en el niño que repercutirá en su salud afectiva en la adultez.


Veamos a continuación cuales son las cinco heridas de la infancia más importantes...


Herida de Abandono

Para las personas con esta herida, la soledad es el peor enemigo, por lo que en la edad adulta experimentán el constante temor de vivir nuevamente esta carencia. Habrá mucha ansiedad y temor de ser abandonados por la pareja, por lo que ellos tomaran la iniciativa de abandonar primero como un mecanismo de protección. Su mayor temor será afrontar una separación, por lo que vivirán sus relaciones con gran miedo e inseguridad.


Herida de Rechazo

Es una de las heridas más profundas, porque implica el rechazo de nuestro interior, nuestros sentimientos, pensamientos y vivencias más íntimas. Su origen se da en experiencias de no aceptación por parte de los padres, familiares cercanos o iguales. En el interior del niño crece la semilla del auto desprecio. La persona con esta herida no se siente merecedora de aprecio y comprensión, se aísla en su vacío interior. Es probable que la persona con esta herida sea huidiza, la más mínima critica le afectara de sobremanera, necesitará mucho reconocimiento y aprobación de los demás.


Herida de Humillación

Esta herida se genera cuando el niño es criticado o desaprobado, cuando se le dice torpe o tonto, o se le ridiculiza y se exhiben sus problemas enfrente de las demás personas; esto destruye su autoestima y provoca que el niño construya una personalidad dependiente que estará dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de sentirse útil y valioso. Pero si los demás no lo reconocen, él tampoco lo hará. Tendrá dificultades para expresarse y se rebajara el mismo, olvidándose de sus propias necesidades.


Herida de Traición

Esta herida se genera cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres por no haber cumplido una promesa. Se generan sentimientos de aislamiento y desconfianza en el niño que en ocasiones se transforman en envida, ya que el niño no se siente merecedor de lo que le prometen o de lo que otras personas tienen. Esta herida provocará una necesidad de control que asegure la fidelidad y lealtad, lo que derivará en un carácter fuerte.

Herida de Injusticia

Se origina por que los padres son fríos y rígidos, con una educación autoritaria, se exige demasiado, por lo que se generan sentimientos de ineficiencia e inutilidad tanto en la niñez, como en la vida adulta. Esta herida genera adultos rígidos, con baja autoestima e incapacidad de tomar decisiones con seguridad, así como una necesidad de perfeccionismo.

Ahora que ya conoces las cinco heridas de la infancia y como pueden afectar tu vida personal, laboral y de pareja, es tiempo de empezar a sanarlas.

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