En principio, los teléfonos celulares se crearon con un solo propósito: la comunicación a distancia, no tenían ninguna otra función adicional. Hoy en día, son algo totalmente diferente a lo que solían ser años atrás, tienen muchas otras funciones, se puede escribir un mensaje de texto, mandar un correo, leer un libro, ver una película o conocer nueva gente. Como si fuera poco, nos ayuda a ubicarnos en una ciudad desconocida o incluso es posible manejar un negocio desde el celular. Muchas personas lo ven como una herramienta y lo usan como tal, pero para otras personas se ha convertido en algo que los ha alejado de la realidad.
El celular se ha convertido en una distracción de nuestras actividades diarias. Pasamos tanto tiempo viendo las redes sociales, jugando en alguna aplicación, viendo una película, chateando con nuestros amigos y familiares, que muchas veces no nos damos cuenta que es lo que está pasando a nuestro alrededor. Cuando menos nos damos cuenta, han pasado 3 o 4 horas y no hemos hecho nada de nuestras obligaciones. Casi podemos decir que somos adictos a nuestro celular. “La nomofobia es el miedo a estar sin celular o desconectarse de cualquier dispositivo móvil con internet,” (Montaña, 2020). También este concepto está relacionado con el pánico a quedarse sin batería, la incapacidad por dejar el celular en medio de una conversación o la soledad que se genera al no tener el celular cerca.
Según la página “El universo” hay 6 síntomas para reconocer a alguien que es adicto al celular. A continuación nombraré algunas:
1. Estar pendiente del celular desde el primer momento de la mañana.
2. Ansiedad cuando el celular no está cerca.
3. Quejas de los demás por el uso constante del celular
Adicionalmente, el uso del celular trae efectos negativos para la salud. Según un estudio realizado por la universidad de Gotemburgo, el uso excesivo del celular provoca estrés, trastornos del sueño y depresión. Asimismo, la organización mundial de la salud, clasificó los teléfonos celulares como posibles cancerígenos, gracias a los campos de radiofrecuencias que estos producen. Como si fueran pocos los efectos negativos, se pueden llegar a acumular alrededor de 10,000 gérmenes por centímetro cuadrado en las pantallas de nuestros dispositivos móviles, más gérmenes de los que tiene un inodoro. También provocan fatiga visual, re-sequedad e irritación en los ojos y dolor de cabeza.
Por otra parte, como mencioné al principio, hacen que nos aislemos de la realidad. Pasamos más tiempo en el celular que compartiendo con las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Preferimos hablar con nuestros amigos o familiares por medio de mensajes, que hablar con ellos personalmente. No voy a negar que esta herramienta nos ha ayudado a conectarnos con aquellas personas que se encuentran lejos de nosotros, pero en mi opinión, nos ha alejado de aquellas personas que se encuentran cerca.
Al final, es decisión de cada uno de nosotros de qué forma vamos a utilizar el celular, si lo queremos utilizar como una herramienta que nos aporta a nuestro desarrollo personal, utilizándolo de manera moderada, o por el contrario, lo utilizamos como un objeto que nos absorbe y nos distrae de la realidad, teniendo un uso excesivo de él.
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