Durante los últimos años, alrededor del mundo, los grupos de extrema derecha han estado ganando influencia, reforzando el poder de políticos como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Viktor Orban, por nombrar a algunos, así como la cada vez mayor aprobación de partidos como AFD en Alemania y VOX en España. Una tendencia impulsada no solo por las generaciones mayores sino también por las jóvenes.
Recientemente el terrorismo a nivel global está alcanzando un nuevo punto, resaltando el terrorismo de derechas que se ha hecho frecuente en los últimos tiempos. El World Economic Forum señaló que se ha producido un aumento del 320% del terrorismo de derechas en todo el mundo en los cinco años anteriores a 2020. El extremismo de derecha se ha clasificado entre la seguridad espacial, la seguridad climática y las tecnologías emergentes como una de las principales amenazas a la seguridad mundial. (WEF, 2020)
Durante años, la “sociedad civil” ha tendido a ser considerada como liberal: partidaria de los derechos humanos, de la reforma democrática y de la protección de las minorías. A menudo, siguen siendo estas causas, llamadas "progresistas", las que atraen a los activistas más jóvenes. Pero hoy en día, la sociedad civil implica una mezcla cada vez más diversa de personas y objetivos políticos, y los de la derecha están ganando terreno.
Muchos de estos grupos conservadores comparten la creencia en los valores "tradicionales", es decir, los que a menudo se asocian con:
· creencias religiosas
· comunidad
· identidad nacional
· protección contra la inmigración
· apoyo a la unidad familiar
La composición de muchas de estas organizaciones tiene sus raíces en el racismo, la misoginia, el antisemitismo, los sentimientos anti-LGBTQ, la islamofobia.
El extremismo de derecha es tan preocupante que cuando los principales responsables de las políticas de seguridad internacional se reunieron en la Conferencia de Seguridad de Munich de 2019, lo clasificaron entre la seguridad espacial, la seguridad climática y las tecnologías emergentes como las principales amenazas para la seguridad mundial. Parecería que el mundo está en el amanecer de una nueva era de terrorismo que es diferente a la anterior.
Investigadores como David C. Rapoport que el terrorismo moderno puede ser categorizado en cuatro olas distintas. La primera "Ola Anarquista" comenzó en la década de 1880 en Rusia con el Narodnaya Volya ("La Voluntad del Pueblo") llevando a cabo asesinatos de líderes políticos. Continuó hasta la década de 1920, extendiéndose a través de la región de los Balcanes y finalmente en Occidente, influyendo en la creación de nuevos grupos terroristas dentro de los diferentes países.
En la década de 1920 se inició la "Ola anticolonial" a partir de los restos de la Primera Guerra Mundial, cuando grupos como el Ejército Republicano Irlandés (IRA) comenzaron a utilizar tácticas de emboscada contra objetivos policiales y militares para forzar el cambio político.
En la década de 1960, se creó la "Nueva Ola de Izquierda". Esta tercera ola surgió de la percepción de la opresión de los países occidentales dentro del mundo en desarrollo (como Vietnam y el Oriente Medio). Sus tácticas incluían secuestros de aviones, ataques a embajadas y secuestros perpetrados por grupos como la Organización de Liberación de Palestina (OLP).
Finalmente, los años 90 fueron testigos del nacimiento de la "Ola Religiosa" en la que grupos terroristas como Al-Qaeda utilizaron la ideología religiosa como justificación para derrocar gobiernos seculares con tácticas de martirio como los atentados suicidas.
Esto nos lleva al terrorismo de derecha de hoy en día. ¿Es el extremismo violento de derecha la nueva quinta ola del terrorismo moderno? Si es así, no hay duda de que los impactos sociales negativos de COVID-19 solo ayudarán a acelerar la radicalización de sus miembros. Un ejemplo de esto es que a principios de octubre de 2020, el FBI frustró un supuesto plan de terrorismo de extremistas de derecha para secuestrar a la gobernadora de Michigan.
No hay duda de que alrededor del mundo las sociedades están cada vez más divididas. La Dra. Barbara Perry, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Tecnología de la Universidad de Ontario, menciona que las claves para resistir a estos grupos son la educación y la responsabilización de las figuras públicas. ¿Será esto suficiente?
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