Recientemente, el 26 de octubre, con 67 votos a favor y 43 en contra el Senado aprobó en general el plan fiscal que incluye las modificaciones a la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre productos menstruales, es decir, toallas, tampones, discos, copas menstruales, entre otros. La tasa mencionada pasará de 16% a 0% y se espera que esto traiga consigo una significante disminución de los precios de dichos productos, lo que podría hacer más fácil el acceso a estos. Aunque cabe aclarar que aún falta la aprobación de la Miscelánea Fiscal 2022 en lo particular. Pero ¿Por qué es esto es importante? y ¿De dónde surge la necesidad de ello?
En primer lugar, se debe de reconocer que acceder a productos menstruales es costoso y tener acceso a ellos representa un privilegio. Muchas mujeres y personas gestantes de bajos ingresos suelen tener dificultad para adquirir esta clase de productos. En promedio una persona menstruante necesita cerca de 360 toallas sanitarias o tampones al año, lo que de acuerdo con la Fundar representa aproximadamente $720 anuales. Esto lleva a que, a largo plazo, durante su vida fértil una persona gaste en promedio 26 mil pesos en toallas sanitarias, 30 mil pesos en tampones o 2 mil 800 pesos en copas menstruales. Dichos costos representan cerca del 5% del total de gastos de un hogar y aproximadamente el 10% de los hogares más pobres en el país.
Este problema propicia la desigualdad y un claro ejemplo de ello se presenta en ausentismo escolar provocado por el ciclo menstrual. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNPA) las niñas debido a estas dificultades se quedan en casa en lugar de asistir a la escuela y en casos más extremos la falta de posibilidad de adquirir productos menstruales debido al costo de estos, orilla a las personas gestantes a buscar otras alternativas como ropa, trapos, periódico y hasta tierra lo que puede provocar enfermedades e infecciones vaginales. Es por ello por lo que tener impuestos sobre productos básicos y vitales para la salud e higiene femenina es una forma de violencia que hasta ahora había sido invisibilizada e ignorada.
El problema no radica en la menstruación, si no en la forma en la que esta ha sido gestionada hasta ahora. Menstruar dignamente es un derecho que debe se garantizado para toda niña, adolescente, mujer y persona menstruante. Es increíble que ninguno de los principales programas sanitarios mexicanos haya examinado aún las necesidades existentes en cuanto a la gestión menstrual y que se sigan promoviendo tantos tabús sobre algo tan común y natural como es la menstruación. La tasa 0% sobre estos productos no acerca a garantizar una menstruación digna para todas, sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer.
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