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La psicología de la gratitud

Si pasa por tu mente, pasa por tu vida, entonces todo lo que pensemos lo atraemos directa o indirectamente hacia nosotros –quizá es un tema para otra entrada, pero cabe mencionarlo ahora–. Cuando nos concentramos en quejarnos, pareciera que nuestra visión se limitara a aspectos negativos de la vida, de la sociedad, de nuestras relaciones, etcétera y, por lo tanto, será muy complejo que algo nos satisfaga o nos haga sentir mejor.

Caraballo, K. (26 de noviembre de 2020). El impacto positivo de la gratitud para el cuerpo y la mente. Obtenido de Es Mental.

La gratitud es como un pañuelo que permite limpiar los lentes con los que estamos percibiendo la realidad y nos la muestra de una forma más pura y transparente. Es una forma de reconocer aspectos o situaciones por las que hemos sido beneficiados y que han vuelto nuestra vida más agradable (Moyano, 2010). Sí, no todo siempre es color de rosa, pero desarrollar esta habilidad puede traer múltiples ventajas para aquellos que la poseen.

Por una parte, el agradecimiento puede mejorar nuestro estado fisiológico. Sentirnos en gratitud por lo menos 15 segundos, hace que disminuyan los niveles de estrés, se estabilice el ritmo cardíaco y la respiración sea más profunda, por lo que llega mayor oxígeno a nuestros pulmones (Ximenez, 2018).


Por otro lado, en lo que respecta a los beneficios psicológicos, se ha encontrado que aquellas personas con una conducta enfocada en la gratitud, muestran mayor satisfacción con la vida y un menor resentimiento hacia sí mismos y hacia otros. De igual manera, son menos propensos a desarrollar depresión, ansiedad o desórdenes psicológicos (Moyano, 2010). Del mismo modo, se incrementa la capacidad de adaptación, dado que se interpreta de forma positiva lo que suceda a nuestro alrededor, incluidos los cambios.


Otro gran beneficio de la gratitud es que nos permite mantener los pies en la tierra. Casi todos deseamos crecer y mejorar. No obstante, es muy común que a medida que vamos alcanzando nuevas metas, dejemos a un lado la humildad o en otras palabras ‘perdamos el piso’. Debido a que el agradecimiento trae de manera inherente un acto de consciencia y reflexión, permite darnos cuenta de todo lo que hemos pasado para estar en la actualidad, todo esto con un enfoque positivo.


Fomentar esta capacidad y obtener resultados, requiere disposición, consciencia y disciplina. La clave está en considerar lo que recibimos como un regalo –no necesariamente con una connotación religiosa, puede ser un regalo por parte de alguien más, de la vida, del universo, tómalo de la forma que más resuene contigo–, de esta manera, se “transforma el reconocimiento de una posesión cualquiera en una vivencia de gratitud” (Moyano, 2010). Es por ello, que te invito a no dar nada de lo que tienes –material o inmaterial– por sentado, sino realmente valorarlo y agradecerlo. Según Heráclito “nadie se baña dos veces en el mismo río” porque todo siempre cambia, así que lo que tenemos ahora, es simplemente una fortuna.


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