Resumiendo un poco la primera parte de la historia, para aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de leerla, Bad Bunny es uno de mis cantantes favoritos, y hace poco tiempo estuvieron vendiendo las boletas para sus dos conciertos en México. Lastimosamente por estar dependiendo de otras personas para comprar mis boletas, no las pude conseguir, aunque las personas a las que les encargué las boletas si consiguieron las suyas.
Retomando la historia, al día siguiente salieron a la venta las boletas para el concierto en Monterrey, ya teníamos permiso, teníamos dinero en la tarjeta, solo faltaba comprarlas. Esta vez, entré yo directamente a hacer la fila online y mis amigos desde sus computadores igual. Después de casi 5 horas, llegué al primer lugar, pero ya se habían acabado las boletas. Solo nos quedaba una oportunidad más para conseguirlas, pues al día siguiente se abriría nuevamente la página para poder comprar las boletas para el último concierto y no se necesitaba ninguna tarjeta específica.
La noche anterior teníamos preparado ya todo, por mi parte, mis amigos y yo, cada uno con su computador estaría listo para hacer la fila online, y adicionalmente mi hermana y sus amigos estarían también desde el colegio con sus computadores listos para entrar a comprar los boletos. La fila virtual abría a las 11am, ya estábamos listos para ver en qué lugar quedamos, y sorprendentemente, una amiga de mi hermana quedó en el puesto 2,000, lo cual era algo bastante bueno, pues otras veces habíamos quedado en el puesto 100,000. Fue la que quedó más cerca, pues yo me encontraba en el puesto 40,000 y mis amigos por el puesto 30,000.
A medida que iba pasando el tiempo, íbamos avanzando en la fila. Cuando llegamos al puesto 1000, nos dimos cuenta de que estábamos haciendo la fila incorrecta, no estábamos haciendo la fila para las sillas normales, estábamos haciendo la fila para cancha, y esas boletas eran mucho más caras, pero para ese momento, al final no nos importó, pues era Bad Bunny. Cada vez íbamos avanzando más rápido en la fila, la amiga de mi hermana nos mantenía actualizados cada momento en que puesto iba. Para el momento en que quedamos en el puesto 10, ya estábamos todos muy preparados para comprar las boletas, LLEGÓ AL PUESTO NÚMERO 1, era su turno en la fila. Y en el momento de comprar las boletas, salió un aviso que decía que justo se habían acabado las boletas de la cancha. No sabíamos cómo reaccionar, tuvimos una sensación de impotencia, estábamos muy cerca de poder comprarlas para que al último momento se acabarán. Desde los otros computadores seguimos haciendo la fila, pero todavía nos faltaba 20,000 puestos para llegar al primero. Pasó un tiempo, no alcanzamos a llegar al primer puesto en la fila y ya se habían agotado las boletas para las sillas del estadio.
Así acaba mi triste historia, estábamos muy cerca de poder ver a Bad Bunny, pero al final, no pudimos conseguir nada. Todavía tengo la esperanza de conseguir alguna boleta revendida. Por si alguno de los que está leyendo esto, conoce a alguien que esté interesado en vender su boleta de Bad Bunny, me puede contactar.
Espero se hayan entretenido un rato con este storytime de cómo fracasé comprando las boletas de Bad Bunny, y así mismo espero que hayan aprendido la lección, no dependan de nadie, cuando se trata de su cantante favorito.
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