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Micromachismos

Desafortunadamente la sociedad en la que vivimos se encuentra llena de conductas machistas, en la actualidad algunas de estas se vuelven más evidentes que otras puesto que su objetivo (hacer menos a la mujer) es presentado de forma explícita. No obstante hay actitudes puestas en práctica durante tanto tiempo que ante los ojos de la sociedad son normales e incluso justificables. Estos comportamientos reciben el nombre de micromachismos.




El psicoterapeuta Juan Bodino define a los micromachismos como “las actitudes de dominación “suave” o de "bajísima intensidad", formas y modos larvados y negados de abuso e imposición en la vida cotidiana.” (2004) Cabe aclarar que el ser micro no significa que sean menos importantes o que tengan menores consecuencias para la mujer, sino que al ser muchas veces sutiles y repetitivos se vuelven invisibles, lo que asegura su ejecución por los hombres de forma permanente. Es por ello que a pesar de vivir en una época de cambios y que busca una sociedad más igualitaria a través de la señalización de acciones que denigran a la mujer; aún hay varios micromachismos presentes en nuestra vida laboral, familiar y de pareja, que pasamos por alto. Por esta razón queremos hacerlos notar informando a nuestros lectores acerca de los diferentes tipos de micromachismos.


Utilitarios

Fuerzan la disponibilidad femenina en el ámbito doméstico aprovechándose del rol femenino tradicional. Su objetivo es relegar las responsabilidades del hogar y del cuidado para al final dejarlas a cargo de la mujer. Frases que ejemplifican a la perfección ese tipo de actitud son “es que tú lo haces mejor” cuando se le pide a un hombre lavar la ropa, “te he ayudado a hacer la comida” asumiendo que es responsabilidad de la mujer hacer de comer y por lo tanto al hacerlo él le está haciendo un favor a ella.


Encubiertos

Se caracterizan por ser muy sutiles abusando de la confianza existente con el propósito de imponer las “verdades” masculinas para desaparecer la voluntad de la mujer, lo que termina en hacer lo que él quiere sin tomar en cuenta los deseos de ella. Ejemplos de esto son dominar con el silencio, lo que usualmente viene acompañado con un “estás exagerando” y la típica pregunta dirigida a nosotras ¿para cuándo los hijos? Sin antes preguntar para empezar si queremos hijos.


De crisis

Su uso se destina mayoritariamente a la vida en pareja cuando la mujer comienza a romper el status quo que favorece al hombre, a través de un aumento en la autonomía o amor propio de la mujer. El hombre al sentirse amenazado por la disminución del poder que tenía sobre de ella comenzará una estrategia de hipercontrol sobre todas las actividades, tiempos o espacios de su pareja. En esta categoría también se encuentra la típica frase de un hombre “te prometo que cambiaré” cuando una mujer ha dicho que lo dejara, y cuando ella deja de estar enfadada o decide quedarse sigue comportándose de la misma forma.


Coercitivos

Dentro de este tipo están todas las conductas que a través de la fuerza moral, psíquica o económica buscan mantener el poder que tiene el hombre, limitando la libertad de la mujer y restringiendo su capacidad de decisión. La técnica de “ganar por cansancio” pertenece a este grupo, esta consiste en obtener lo que él quiere por una insistencia inagotable lo que deriva en el agotamiento de la mujer al mantener su propia opinión al final esto la hace aceptar lo impuesto a cambio de un poco de tranquilidad.


Cuando se lleva a la práctica cualquiera de estos micromachismos las consecuencias para las mujeres son enormes; desde el desarrollo de fatiga crónica por el sobresfuerzo psicofísico hasta la disminución del poder personal creyéndose incapaces de crecer y desarrollarse como individuos. Por estas razones es de suma importancia que nosotras como mujeres reconozcamos la presencia de estas actitudes en nuestras relaciones con los hombres (padre, novio, amigo, esposo y/o compañero), ponerles un alto y hacerles saber que la postura que están tomando no es la más correcta. Recordemos que siempre debemos de ser críticas con nuestro entorno y reflexionar de dónde provienen ciertas actitudes o respuestas.


Bonino, L. (2004). Los Micromachismos. La Cibeles, núm. 2(1). Recuperado de: https://www.mpdl.org/sites/default/files/micromachismos.pdf


Bonino, L. (s.f.). Micromachismos: La violencia invisible en pareja. Recuperado de: https://www.joaquimmontaner.net/Saco/dipity_mens/micromachismos_0.pdf


Gómez, L. (2015). Micromachismos, un machismo silencioso y sutil. tintaLibre. Recuperado de: http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/Micromachismos.pdf


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