Hace ya algunos ayeres que comencé mi camino en el incierto mar del mercado laboral, poco está de más decir las vueltas, idas y bajadas que tenido (por ponerlo de alguna manera)… durante años he vendido ropa, comida, utensilios de cocina a sobreprecio, he sido mesera, niñera, cajera, secretaria, recepcionista, traductora, auxiliar contable, entre tantas cosas más.
En fin, no pretendo caer en un tono aleccionador o de suficiencia al decir aquello en lo que me empleado, si no quiero más bien ilustrar lo volátil del mundillo laboral al que entramos muchos de nosotros por primera vez; llenos de miedos, dudas, con mucho conocimiento quizás técnico o académico pero cero experiencia “real” (sea lo que sea que eso signifique) y que tanto nos exigen nuestros empleadores, o bien puede ser el caso contrario, en donde nuestra formación no basta para llenar el puesto al que aspiramos…y nos vemos arrastrados a continuar como peces sin rumbo.
Como ya lo he puesto en palabras durante ediciones anteriores, el mudo en el que nuestros padres crecieron ya no existe, y todo aquello en lo que ellos han procurado formarnos pareciera dejar de ser suficiente: de pronto saber inglés, tener un título, practicar algún deporte y/o tocar un instrumento parecería ya no valer de la misma manera en la que nos hicieron creer cuando éramos niños, y no, no es responsabilidad de ellos el que esto pasaría, solo que nos hace quedar como menos competentes con aquello que nos exigen de la noche a la mañana. Como anécdota personal, recuerdo que al postularme para consorcios multinacionales, pese a cumplir académicamente con el perfil requerido, me sentía diminuta al leer la lista de requisitos interminables de habilidades que pedían: sí había trabajado en el extranjero, sí tengo disponibilidad de cambio de residencia, sí hablo más de un idioma, sí tengo certificaciones en IA…pero nada de eso era lo que querían, parecía que todos habían estado ocupados mientras yo había perdido el tiempo ¿habría algún súper humano que fuera digno de obtener un puesto como becario en una multinacional mexicana? Obviamente sí, pero aún no he descubierto su secreto.
Dicho esto, entrego aquí una guía práctica del como formarse para postularse, obtener el puesto y no morir en el intento:
· Investiga y pregunta las habilidades que requieren en tu área: es obvio, pero muchas veces lo pasamos por alto.
· Aprende un idioma no tan común: tiene pros y contras, pero busca un idioma que no sea el común denominador y verás como tienes ventaja por encima de otros posibles candidatos.
· Adquiere conocimientos de todo un poco: nunca sabes cuándo saber diseño gráfico siendo un chef titulado podrá servirte.
· Ten otra fuente de ingresos: no dependas exclusivamente de un solo trabajo fijo para ganar dinero.
· Ahorra: un poco como el punto anterior, pero trata de sostenerte mientras estás en la búsqueda de un empleo.
Ahora bien ¿qué añadirías tú?
Comments