Todos alguna vez hemos vivido la presión de entregar múltiples trabajos o múltiples tareas a último momento o incluso con tiempo de sobra, hemos vivido la angustia de tener el día entero lleno de obligaciones por cumplir y tan poco tiempo para hacerlas y al mismo tiempo relajarnos o recrearnos de alguna manera. No es secreto, desde que entramos a la escuela de pequeños obtenemos un pequeño libro llamado “agenda” con las pequeñas planas de las vocales que nos mandan a hacer. Claramente nuestra lista de cosas por hacer ha cambiado con el tiempo y ahora puede que ya no solo seas estudiante, puede que tengas un trabajo o un negocio que manejar, que seas mamá o papá, etc. El hecho es que la lista puede que se haya ampliado a tal punto de ser tu peor pesadilla todas las mañanas.
Dentro de las principales o más comunes causas de esto encontramos que no hay planificación, sea que no exista un buen orden de las tareas o una distribución del tiempo ideal para cada cosa. Otra de las razones puede ser que no te propones prioridades y realizas todo al azar. Y finalmente puede ser que se te olvida alguna que otra obligación y cuando vienes a ver, la debes hacer corriendo y con estrés encima. Es importante evitar este estrés y sentimiento de ahogo en el trabajo o la escuela pues este afecta en primer lugar, tu estado de ánimo y en consecuencia tus relaciones interpersonales, tu manera de ver las cosas; también tiene repercusiones sobre tu salud en general pues el estrés desencadena todo tipo de malestares en el cuerpo y en la mente que a veces puede que no identificamos.
Realmente considero que tomar aunque sea una hora cada semana donde te sientes con un calendario, una libreta, un cuaderno, una pizarra con post-its o plumones, realmente lo que te funcione, y contemples todo lo que debes hacer en la semana, con horarios y detalles esenciales. Parecerá pesado al inicio pues, al final, sí debes tener en cuenta muchos aspectos. Aquí te dejo algunos consejos que en lo personal me han funcionado y que también les han funcionado a personas cercanas a mí:
Identifica si como estás haciendo ahora las cosas es ideal y funcional para tí.
Analiza cómo van surgiendo tus obligaciones, por ejemplo, a mi me salen tareas cada semana. Puede ser que ya tus obligaciones estén planeadas todos los días como las clases, reuniones, salidas diarias, etc.
Toma un día de la semana, una hora de ese día y con el recurso que mejor te funcione considera todas tus obligaciones en general: escuela o trabajo, comidas, quehaceres, recreación, etc.
Con esa lista, identifica prioridades y objetivos. Es posible que haya tareas que realmente no puedes hacer otros días o no tengas mucho tiempo para hacerlas, así como puede haber otras que las puedes distribuir a lo largo de varios días. No te preocupes si no cumples todo el mismo día, divide pero respeta los tiempos que te propongas.
Incluye momentos de relajación o para despejar la mente. Después de mucho tiempo continuo haciendo cosas, el cuerpo se cansa. Por lo que sé realista contigo y date aunque sea 15 minutos para sentarte y respirar, tomar una siesta, etc.
Siempre ten a la mano tu libreta o agenda para apuntar por si surge una obligación de pronto y no se te pase hacerla.
Si se descuadra lo que planeaste, puedes borrar y volver a escribir. Aprende a ser flexible como el lápiz se borra en el papel.
Créeme que empezar a tener, y mantener, un día de trabajo organizado no solo mejorará tu rendimiento cada día si no que podrás poco a poco adquirir una mejor calidad de vida. Gracias por leer.
Kommentarer