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Paloma Marín: Yoga para universitarios en apuros

Esta semana me senté a platicar con Paloma Marín (@palo.yoga en Instagram), maestra de yoga ubicada en la Ciudad de México. Una de las creadoras de Prayana Studio, Paloma nos comparte la historia de cómo encontró esta práctica, los beneficios que le ha traído, y cómo podemos aplicar sus principios para mejorar nuestra vida diaria.


Paloma, cuéntanos un poco sobre ti.

Tengo 24 años, los cumplí en enero. Vivo aquí, en la Ciudad de México, aquí nací. Estuve algunos años en Monterrey y en Mexicali, pero la mayoría de mi vida la he pasado en CDMX. Estudié Ingeniería Química en la Ibero y me gradué en 2019, o sea, llevo poco más de un año de egresada.


¿En qué momento descubriste el yoga?

Justo lo descubrí durante la carrera. Daniel, mi novio, y yo hacíamos mucho ejercicio, pero yo hacía triatlones y él escalaba y hacía pesas en el gimnasio. O sea, no teníamos nada en común. Un día le dijeron que tenía que volverse más flexible y le recomendaron hacer yoga, entonces yo fui con él. Aprovechamos las horas pico para practicar, y pronto nos volvimos adictos.


¿Cómo te ayudó el yoga en tu carrera universitaria y ahora, en tu vida de joven adulto?

¡Muchísimo! Ya soy otra persona. Me considero súper estudiosa e intensa, y mi carrera fue súper difícil. Me acuerdo de que el primer año, en lo que le agarraba la onda, dejé de hacer ejercicio, comía pésimo y subí de peso. Todo empezó a salir mal. Me pasaba todo el día estudiando, no dormía. Mi mejor amiga de la carrera era igual que yo, entonces teníamos un ambiente muy tóxico en el que nos sentíamos culpables si no estábamos estudiando.


Después encontré yoga y cambió por completo. Le dejé de dar tanto peso al estudio porque me di cuenta de que bastaba con concentrarme en la clase y repasar un poco. Me relajé muchísimo. Sigo siendo muy intensa y ahora también workaholic, pero encontré un estado de presencia que me permite concentrarme y aprovechar mi tiempo.


¿Cuál es la gran lección que has aprendido de tu práctica?

Primero que nada, el tema de la presencia. Es decir, si estás manejando, estás manejando y ya. Si estás comiendo, estás comiendo y ya. Si estás estudiando, estás estudiando y ya.


Otra cosa, que es la mejor herramienta para mí, es la respiración. Cuando llego a un estado de estrés en el que ya no puedo seguir, me tomo cinco minutos. El estudio me ha enseñado varias técnicas de respiración que sé que puedo aplicar según las circunstancias. Eso también es un antes y un después en mi vida, porque creo que a todos nos pasa.


¿Cómo se convirtió el yoga de una pasión a una carrera para ti, con tu estudio “Prayana Studio”?

En realidad, no planeaba volverlo una carrera, pero siempre me ha gustado mucho enseñar. Con el yoga, llegué a un punto en el que me encantaba tanto que lo quería compartir, entonces tomé mi primer training para aprender más. Poco a poco la gente te va buscando, ¿no? Mis amigas me pedían que les diera clases, y me fui enamorando de la idea.


Luego vino la pandemia y lo más fácil para hacer ejercicio en casa es el yoga, entonces mi perfil de Instagram explotó. Le empezó a ir increíble, llegó a muchísimas personas, y de repente me di cuenta de que este podía ser mi trabajo. Lo que empezó siendo 10 o 15 alumnos se volvió un grupo de 70 personas, entonces Daniel y yo quisimos volverlo algo más establecido. Ahora tenemos una página web y somos muchos maestros: Tenemos a Jime y a Charlie, que dan clases perfectas para principiantes. A Daniel, que da clases de Rocket, una serie de mucha fuerza y flexibilidad. Arantxa da clases de Dharma, un estilo muy devocional donde sostienes las posturas por minutos. Alex y yo damos Vinyasa, y por último está Pau, que da clases de meditación y tiene una voz súper bonita para guiar. Hay algo para todos los gustos y poco a poco iremos sacando más sorpresas.


En general, todo ha sido muy orgánico. De repente encuentras un trabajo que te encanta y quieres hacerlo todo el tiempo.


Como principiantes, es fácil verse intimidado por los principios éticos del yoga, ¿cómo haces tú para incorporarlos en tu vida y mantener un balance?

Si lo piensas, estos mandamientos, los Yamas y Niyamas, son un código ético muy universal. Tienen mucho sentido, por ejemplo: no hagas daño, cuídate, no comas de más, no robes, no digas mentiras. Eso sí, estos códigos se escribieron hace muchísimos años; ahora somos distintos, y estamos acostumbrados a otras cosas. Pienso que no hay que tomarse todo tan a pecho. Cosas como el veganismo, -yo no soy vegana-, se tratan más de tomar consciencia. Si vas a comer un alimento, agradece la vida, el proceso y los recursos que hay detrás, ingierelo con respeto.


Lo mismo pasa con los excesos. Una vez que tomas un estilo de vida consciente, te das cuenta de todo lo que no necesitas. No necesitas mentiras, ni gente tóxica, entonces te vas desprendiendo. El chiste es atreverse a ir hacia adentro, aunque de miedo, hay que hacer ese ejercicio de introspección. Hay algunas cosas que parecen difíciles, pero son muy simples, como no decir mentiras. Otras no lo son tanto, como la alimentación, muchos vivimos con nuestros papás y comemos lo que ellos comen.


Creo que lo más importante es vivir con honestidad, respeto y amor. Ya de ahí, todo lo demás viene solito.


Hablando de vivir con nuestros padres, como jóvenes viviendo una pandemia, ¿qué recomendaciones nos puedes dar para estar más sanos en mente y cuerpo?

Aquí igual, todo tiene que empezar por respeto, y respetarse a uno mismo. Hay que intentar tomar las mejores decisiones, y, aunque hay gente que realmente no sabe cómo alimentarse bien, o cuidar de sí mismo, lo increíble de esta época es el acceso ilimitado a la información. Ahora mismo hay miles de cursos gratis y se puede aprender de todo. Basta con investigar de manera crítica, o acercarse a quien creamos que tiene ese criterio.


Rutinas: Yo tengo rutinas para todo, y mis días están planeados (¡aunque no me estreso si a veces cambia el plan!). Cuando tienes claros los objetivos del día, es mucho más fácil cumplirlos.


Alimentación: Es súper fácil sentirse bien si te alimentas bien. Eres lo que comes.


Moverse: El movimiento es darle salud y longevidad al cuerpo y la mente. El ejercicio que más les guste, pueden empezar con 30 minutos e ir aumentando. Es importante encontrar un momento del día en que te “obligas” a hacerlo. De verdad, el movimiento trae muchísima felicidad y bienestar.


También, y esta es una cosa de extrovertidos. Cuando te rodeas de gente, su energía te contagia. Por eso es importante cuidar de con quién te rodeas, asegurarse de que sea gente que te sume, que te dé para arriba. Esas son las cosas que me han ayudado a mantenerme optimista.


Por último, si alguno de nuestros lectores quiere empezar a practicar yoga, ¿por dónde se empieza? ¿Qué es lo más importante para tener en cuenta?

Pues lo primero es que busquen a un maestro que les guste y les inspire. Ahorita todo el mundo está metido en redes sociales, entonces busquen perfiles y pregunten cómo pueden tomar una clase con él o ella. Es difícil por la pandemia, pero igual se puede ir a un estudio que les quede cerca.


Otra cosa es que no todos tenemos una buena primera experiencia. De hecho, casi nadie disfruta su primera clase de yoga; es algo rarísimo que nunca en tu vida has hecho y el cuerpo no sabe cómo moverse. El chiste es atreverse a tomar esa primera clase, terminarla y seguir a tu propio ritmo. La verdad es que yo empecé practicando en una aplicación, que es una buena idea si te da pena que otros te vean, pero es importante que se encuentre a un maestro lo más pronto posible. Ellos te ayudan y te corrigen alineación para que aproveches al máximo cada postura. La verdad, es muy fácil hacer yoga. ¡No necesitas nada! Incluso si no tienes tapete puedes usar una toalla. Hay muchísimos estilos y hay muchísimas vertientes, entonces hay algo para cada uno.


También, yoga no son solo posturas. Practicar respiración y meditación, ahora que hay tantas crisis de ansiedad y estrés, eso también es yoga. Puedes alimentarte bien y eso es yoga. Puedes ser buena onda con la gente y eso también es yoga.

¿Hay otras cosas que quieras preguntarle a un maestro de yoga? Déjanos un comentario.


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4 Comments


Fernanda Ávila
Fernanda Ávila
Mar 20, 2021

Definitivamente esto me inspiró muchísimo. Súper buena entrevista. Creo que es hora de regresar a hacer yoga. 🤗

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fernanda.bacamtz
Mar 20, 2021
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Vamos a volvernos todas yoguis y maximizar la buena onda. ❤️

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Eri Estrella
Eri Estrella
Mar 20, 2021

Omg debería darle otra oportunidad a la yoga? :0

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fernanda.bacamtz
Mar 20, 2021
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Omg, súper sí. Yo compré un programa de fortalecimiento de abdomen para aprender a pararme de manos como ella.


Puedes ser mi accountability partner. :3

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