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Foto del escritorAna Espinosa

Pornografía: un espejo de la realidad patriarcal

“La pornografía es la teoría, y la violación la práctica” Robin Morgan

Si no ha escuchado esta frase antes, o tal vez no se ha dado la oportunidad para reflexionar a profundidad, probablemente les parezca un poco exagerada o carente de sentido. No obstante, es sorprendente toda la verdad que contiene esta frase, y con el objetivo de que cada vez más personas comprendan la influencia que este tipo de material tiene sobre las relaciones sociales, en esta columna nos encargaremos de despejar las dudas del lector respecto a este tema, así como argumentos que desmienten la existencia de un porno feminista.


Comencemos con el hecho de que gracias al internet, la pornografía se ha vuelto más accesible, ya que a pesar de ser contenido para mayores de edad, las personas tienen su primer acercamiento a ella cuando son apenas unos niños, volviéndose la única educación sexual que reciben, debido al tabú entorno a este tipo de temas. Esto influye directamente en la perpetuación del patriarcado ya que, el porno representa su ideal principal: la supremacía masculina. De esta forma se mantiene vigente la narrativa misógina en la cual la mujer es reducida a una cosa que puede, debe y quiere ser penetrada, lo que desarrolla en los hombres una visión de dominación sobre el cuerpo de una mujer.


Algunos dirán que el consumo de este material no significa que se repliquen las actitudes presentadas en él, poniendo como ejemplo el argumento siguiente, “Al terminar de ver una película de un asesino no vas a salir a la calle a matar a alguien”, pero, permíteme decirle que no pasa lo mismo con la pornografía, puesto que las emociones de excitación que provoca este material, según la Dra. Mary Anne Layden, activan el sistema nervioso simpático haciendo que se recuerde de mejor manera la información recibida y a través del refuerzo continuo, este aprendizaje se afianza en el individuo.


Otro punto importante a tomar en cuenta, es que, el comportamiento recompensado tiene mayor probabilidad de repetirse, y si el patriarcado continuamente le dice a los hombres (incluso desde pequeños), que su hombría depende del número de mujeres con las que haya tenido relaciones, no es sorpresa que ahora los adolescentes generen sus propios videos de porno casero, reproduciendo el contenido de las grandes empresas de esta industria, caracterizado por ser violento hasta el punto de denigrar a las mujeres, como hemos dicho anteriormente.


Uno de los aspectos más alarmantes de todo esto es que, a través de este proceso se crea la idea de que mientras haya sexo de por medio, cualquier violencia está justificada. Si no me crees, busca la noticia de cuando el abogado de la Manada defendió a sus clientes diciendo que el vídeo de la violación en grupo es en realidad una “película porno”. ¿Ahora puedes ver la magnitud del impacto que tiene este tipo de contenido en la realidad social?



Pornografía “feminista”

Ciertas ramas del feminismo dicen que el problema no es la pornografía, sino el enfoque androcentrista que esta tiene, razón por la cual promueven un nuevo tipo de material más ético, a causa de ello, creen que la solución no es una censura total, si no la producción de nuevas alternativas desde una perspectiva diferente a la dominante. Si bien la idea por sí sola suena acertada, debemos examinarla con bastante rigurosidad, ya que, no todo es tan fácil como parece.


El primer obstáculo que enfrenta este tipo de contenido, es que el único acceso a él es a través de plataformas de pago, esto debido a que tiene un mayor costo de producción, ya que, se busca dar una paga digna a las actrices. Seamos realistas ¿pagaría por consumir este tipo de porno solo porque no promueve la violencia? Yo creo que no, entonces ¿qué tanta audiencia y voz recibirá este tipo de contenido?


En segundo lugar, la idea de una pornografía más diversa, que ayude a los consumidores a saber que el sexo va más allá de practicar el coito, pierde poder debido al contexto al que se enfrenta, pues para lograr que estas narrativas adquieran mayor espacio, primero se debe de eliminar por completo el gusto por el porno violento, que desgraciadamente está aún muy arraigado en nuestra sociedad.


En tercer lugar, hay una idea errónea que presenta a quienes se muestran en estos filmes, como los responsables de crear la narrativa en torno a su cuerpo. Sin embargo, se corre el peligro de que esta perspectiva no llegue al consumidor, ya que este puede crear su propia narrativa; razón por la cual tener mejores intenciones no siempre significa que quien reciba el mensaje lo interprete de la misma manera.

Para terminar, como mencioné anteriormente, este tipo de porno surge como una alternativa para evitar la censura y la demonización del sexo, sin embargo, creo que para bien o para mal, será más fácil eliminar el tabú que hay respecto a estos temas, mediante la implementación de una educación sexual adecuada, en lugar de tratar de tirar esta gran industria opresora y misógina.


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