El 17 de febrero del 2021, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, lanzó una crítica vía Twitter a los países que han acaparado las vacunas de la covid-19; los mensajes dicen lo siguiente: “... proponemos que inicie la distribución acelerada de vacunas a toda vía COVAX y revertir el acaparamiento por parte de 10 países que concentran dos terceras partes de todas las vacunas. No es justo ni aceptable lo que ocurre” (2021a). Más aún, declara que esta concentración deja a 100 países sin abastecimiento, y que, por ello, una división grave es creada, y que afecta a muchos en poco tiempo. El canciller mencionó también que, la seguridad internacional de por medio está seriamente amenazada, y, sugirió al Consejo de Seguridad de la ONU, “…tomar las medidas para que cese el acaparamiento de vacunas, esa injusticia es el principal riesgo a la paz y a la seguridad de la humanidad. Garantizar el acceso universal a las vacunas es el único camino para vencer la pandemia” (2021b).
El Dr. Tedhros Adhanom, director general de la OMS, hace unas cuantas semanas dijo que estamos al borde de un fracaso moral catastrófico por la pésima distribución de las vacunas, e instó a los países a una distribución más justa.
La campaña internacional de vacunación ha dejado al descubierto varios problemas de desigualdad internacional, poniendo al borde del colapso a los países de la periferia que apenas pueden hacerse de unas cuantas dosis. También hemos visto graves violaciones a los derechos humanos hacia algunas comunidades, como está sucediendo en territorio Palestino, ocupado por Israel; el ejército israelí ha bloqueado la entrada de dosis a la franja de Gaza dejando a miles de personas al borde de la muerte.
Hay un esfuerzo internacional encabezado por Sudáfrica y la India que están pidiendo la liberación de las patentes. Cabe recalcar que México se pronunció en contra argumentando junto con Canadá y Australia que, “los derechos de propiedad intelectual generaban innovación y que había que protegerlos” (Anon 2021). Contrariamente, otros 160 países apoyan la moción para democratizar la inmunización en sus territorios y empezar su producción, lo que parece curioso es que, son los países desarrollados con los laboratorios farmacéuticos más grandes del mundo los que están bloqueando la moción. ¿Y la cooperación internacional? Pues como siempre, cuando hablamos de ganancias, toda capacidad de negociar y cooperar se extingue y quedamos a merced de lo que los dólares quieran.
Tenemos que pedir una mejor distribución. Hemos perdido ya a muchas personas y hay otras tantas que no pueden dejar de trabajar y están expuestas al virus. La mejor forma de hacerlo es pedir transparencia en la compra de vacunas y que liberen las patentes, porque más allá de las ganancias va la vida humana, no puede ser que prevalezca la ambición de unos cuantos antes que, literalmente, la supervivencia de la mayoría.
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