Quizás tengas esta percepción de que la salud nutricional o la nutrición en sí sólo tiene relevancia cuando tenemos algún objetivo que tiene que ver con la apariencia física o alguna condición médica como la diabetes. Parece que estas dos razones son las únicas necesarias para que alguien se cuestione ¿cómo estoy comiendo? o ¿estoy comiendo bien? La realidad es que la única razón que necesitamos es la siguiente: los alimentos me nutren para sobrevivir. Puede que sea una aproximación muy biológica pero es importante incluirlo a nuestro proceso de desarrollo y crecimiento personal.
Foto tomada por Pablo Merchán Montes, disponible en Unplash.
Es impresionante cómo es más común de lo que parece que la alimentación pase desapercibida en la vida de las personas, en tu día a día en el trabajo, en la universidad o simplemente estando en tu casa. Es posible olvidar esa parte de tu bienestar quizás por tener nuestra mente en tantas cosas a cada hora; nos olvidamos de ese pequeño detalle que trae diversas consecuencias. Puede ser que llegamos a comer por comer sin pensar qué está entrando en tu cuerpo y cómo estos alimentos afectan o contribuyen a tu desempeño, tu desarrollo de pensamiento, tu toma de decisiones. En esencia lo que me gustaría que recuerdes es que prestar atención a tu alimentación también tiene lugar en tu crecimiento personal, porque al final es prestarte atención. Debo dejar en claro que hoy en día se habla de una salud más holística que involucra bienestar económico, social, mental y físico. Por ende, cuidar tu alimentación es prevención del malestar y es desarrollar una visión de tu vida con un trasfondo en tu salud. Es invertir en nosotros y entender que hay valores personales que te definen y que, como persona, al comer sientes y guardas memorias, experiencias y que convives con otros. Somos capaces de involucrar más que solo el aspecto biológico en las comidas: la asimilación de sabores y texturas, la sociedad, costumbres, tradiciones, economía, accesibilidad, entre otros, determinan nuestros gustos y preferencias y al mismo tiempo, determinan tu personalidad.
El desarrollo personal es un compromiso que te propones, es progresivo y a largo plazo con el objetivo de ser cada día la mejor versión de ti. Involucra planeación, creatividad, determinación y acción. Aplicarlo a tu alimentación es posible porque como hemos visto no es comer por comer. Buscas y entiendes ese propósito de bienestar completo que al final contribuirá con tus metas personales, tus criterios y tu desempeño cada día. Es posible que al mismo tiempo se vuelva un reto, pero ese es el objetivo ¿no? Que en este tipo de aspectos diarios podamos encontrar fortaleza y en esencia, tengamos capacidades de consciencia personal con la finalidad de crear una cultura de crecimiento. Te invito a reflexionar si ahora considerarás tu alimentación en tus prioridades personales. Gracias por leer.
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