“El estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente”. - Wayne Dye
La terapia psicológica consiste en que las personas que la toman pongan en práctica formas eficaces de afrontar, solucionar, manejar, superar o prevenir los problemas psicológicos, para evitar que la persona se sienta mal en diversos momentos de su vida. Una parte fundamental para el éxito de este proceso es la relación de confianza que existe entre el paciente y el psicólogo. El proceso se compone de una evaluación, que brinda el diagnostico adecuado para poder empezar a trabajar en los problemas encontrados. Así como es importante una relación de confianza, también es importante la disposición de la persona que busca ayuda para que lleve a la práctica en su vida cotidiana. En 2018 solo el 1% de los mexicanos asistía a terapia, dado el estigma social que existe sobre la atención psicológica.
Existen dos grandes problemáticas cuando se habla sobre la salud mental, por un lado tenemos los estigmas sociales, la mayoría de las personas necesitan asistir a terapia con un profesional, pero no lo hacen por miedo a lo que su entorno pueda opinar, algunos optan por recurrir a amigos cercanos para hablar de los problemas, pero la mayoría evade el problema, muchas veces solo puede ser consciente de las consecuencias, pero no de la causa.
Por otro lado, tenemos las personas que asisten a terapia, pero no les funciona. Muchas personas están en contra de la terapia porque han asistido y no ven un cambio; como mencioné antes, la disposición de la persona que toma terapia para llevar a la practica lo aprendido en terapia es fundamental para que ésta tenga éxito, es como asistir a cualquier doctor, de nada sirve si te dan el tratamiento para curar un malestar físico si llegas a tu casa y no te tomas el medicamento, pues pasa igual en la salud mental, si no aplicas lo que has visto en tu terapia no verás cambio, pues sigues en la parte de negación, no de crecimiento.
El descuido de la salud mental provoca deterioro en la calidad de vida de una persona, afecta todo tipo de relaciones, convivencia con el entorno, autoestima, superación personal, etc. Una persona que no sabe canalizar sus emociones deja que estas la controlen y deja de ser capaz de tomar decisiones en su vida que la mejoren, comienzan a tomar todo por el lado negativo, sin ganas de buscar más allá de lo que su zona de confort le permita.
Últimamente todos hablan de cuidar la salud mental y ojalá fuera así de fácil, pero se requiere decisión y determinación para superar los problemas que cada individuo enfrenta, si bien el primer paso es buscar ayuda y querer hacer algo, el más importante es llevar lo aprendido a la práctica.
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