En 1971 Don McLean sacó un álbum llamado American Pie con una canción del mismo nombre en la que contaba la historia del día en el que se enteró de que la música había muerto. Era febrero, él era un niño repartidor de periódicos y la noticia lo impactó tanto que 12 años más tarde decidió escribir una canción. Para Don McLean el día en que murió la música fue el 3 de febrero de 1959. Los músicos Buddy Holly, Ritchie Valens y J.P. Richardson estaban en Iowa como parte de su gira por el Medio Oeste de los Estados Unidos, y hacía tanto frío que la calefacción de su autobús de gira se descompuso. Debido a esto, para llegar a su próximo destino tuvieron que alquilar una avioneta. Esa misma noche, y a pesar de las difíciles condiciones del clima, la avioneta despegó con Buddy, J.P y Ritchie abordo, para tan solo unos minutos después estrellarse sin dejar sobrevivientes. Ese fue el día en el que la cultura pop de Estados Unidos cambió de dirección, el día en el que la inocencia de la generación de los cincuentas se terminó, y el día en el que murió la música, o por lo menos, el futuro del Rock and Roll.
Buddy Holly y Ritchie Valens eran los hijos pródigos de esta música, con tan solo 22 y 17 años respectivamente aún tenían toda una carrera por delante. Y no hay duda de que si no se hubieran subido esa noche a la avioneta, la historia de la música popular habría sido muy diferente.
Buddy era un guitarrista que combinó el Rockabilly, Country y R & B. Empezó su carrera musical con la banda “The Crickets” produciendo éxitos como “That’ll Be the Day”, “Peggy Sue” y “Everyday”. Buddy popularizó la banda de dos guitarras, un bajo y una batería, la cual se convirtió en la norma para el Rock and Roll. Su carrera iba en ascenso, ¡tenía solo 22 años! Pero a pesar de haberse ido tan joven, dejó un legado que inspiró a artistas tales como Bob Dylan, The Rolling Stones, Eric Clapton y Elton John. Y obviamente, inspiró muchísimo a cuatro jóvenes ingleses que decidieron nombrar su banda en su honor, solo que decidieron escoger un insecto diferente, y se fueron por “The Beatles”.
Ritchie Valens me duele mucho porque tenía más talento a sus 17 años que muchos artistas hoy en día después de toda una carrera. Richard Valenzuela era nacido en California y de padres mexicanos, y fue de los primeros íconos chicanos de la historia. Ritchie creció escuchando mariachi y música tradicional mexicana, y siendo un adolescente durante los 50 's enamorado del rock and roll decidió combinar sus dos grandes influencias y su adaptación de la “La Bamba” fue un gran hit. Otros éxitos son “Donna”, “We Belong Together” y “Come On, Let’s Go”. Duele pensar que la única razón por la que Ritchie estaba en esa avioneta fue porque le había ganado una apuesta de moneda al aire al guitarrista de Buddy Holly. J.P Richardson, la otra víctima de este accidente, tenía gripa, y fue por eso que el bajista de Buddy Holly le había cedido su lugar en la avioneta. Valens, como pionero del Rock Chicano y Rock Latino, dejó una larga lista de influencias entre los que están Los Lobos y Carlos Santana.
Don McLean decidió inmortalizar este trágico accidente en su canción de 1971 y no tardó en volverse un clásico. Es una canción que dura 8 minutos y medio, está llena de referencias y simbolismos. Aparte de hablar del accidente, también hace referencia a artistas como Elvis y Bob Dylan, y relata algunos de los sucesos políticos y sociales que definieron la década de los sesenta, y le quitaron la inocencia al pueblo de Estados Unidos.
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