El feminismo, al igual que muchos otros movimientos a lo largo de la historia, se encuentra conformado por diferentes etapas, de acuerdo a las distintas demandas políticas de cada periodo. Esta división es mejor conocida como “olas del feminismo”.
Después de esto quizás te estés preguntando: pero, ¿por qué se llaman así? Según la doctora Melissa Fernández esto se debe a que “…así como las olas del mar, son irrepetibles aunque respondan a patrones; algunas llegan con más fuerza y lo derriban todo, otras por el contrario acarician y suavizan el territorio y la política”. Y a pesar de que en la actualidad continuamente se esté llevando un debate acerca de qué tan exactas son las delimitaciones entre una ola y otra, siguen siendo de gran importancia para comprender todas las transformaciones que ha tenido el movimiento.
En este artículo hablaremos acerca de las olas en México, ya que a pesar de ser considerada como una división “universal”, no en todos los países el feminismo inició al mismo tiempo ni bajo las mismas condiciones.
Primera Ola: organización, establecimiento y lucha (1970-1982)
La primera ola en México se hace presente a inicios de los setenta con mujeres urbanas de clase media universitarias que tomaron conciencia de la opresión ejercida sobre ellas, la cual se veía reflejada en la falta de oportunidades para formar parte de la toma de decisiones.
Es por ello que la organización en esta etapa se dio a través de grupos de autoconciencia cuyo objetivo era buscar el conocimiento necesario para educarse a sí mismas acerca de temas relacionados con la exclusión antes dicha. Estos espacios estaban conformados con base en la cercanía, o a las relaciones sociales: compañeras de universidad, familia, amigas y vecinas. Sin embargo, las diferencias no tardaron en aflorar y los grupos comenzaron a desaparecer o a cambiar de integrantes constantemente.
No obstante, esta década también estuvo marcada por eventos en los cuales las feministas se dieron a conocer. Gracias a esto se formó en 1976 la Coalición de Mujeres Feministas, la cual sirvió como un elemento unificador de las demandas que tenían en común los diferentes grupos; surgiendo así los tres tópicos en los que se centaría la lucha: la despenalización del aborto y educación sexual, la violencia de género y la protección a mujeres agredidas físicamente.
Finalmente, un aspecto muy característico de esta ola es la negación total por parte de las feministas a relacionar su lucha con partidos políticos e instancias gubernamentales lo que provocaría una gran fragmentación y por lo tanto, sería una de las causas del estancamiento de la siguiente década.
Segunda Ola: estancamiento y despegue (1982-1988)
Al principio de esta segunda ola, a pesar de la gran actividad que se había producido en la década anterior, el movimiento se dispersó por las razones antes descritas. No obstante, fue gracias a esta situación que los grupos de mujeres de sectores populares comenzaron a surgir. Así mismo, a raíz del sismo del 85, se desvelaron las grandes injusticias que sufrían las mujeres trabajadoras, posicionando los derechos sociales como prioridad de esta ola.
Además del crecimiento del movimiento debido a la diversificación de este, también se aumentó la participación en eventos internacionales. Este último punto tuvo como resultado la creación de varias organizaciones de la sociedad civil dirigidas por y para las mujeres, enfocadas al trabajo de capacitación y orientación a diversas mujeres de grupos socialmente deprimidos, y a brindar apoyo monetario a centros que daban atención a mujeres víctimas de la violencia sexual.
Aunado al aumento de organizaciones feministas, surgieron centros y programas de estudios sobre la mujer, lo que consolida al feminismo en el ámbito académico. Esto a largo plazo ayudaría a la creación de políticas públicas y a la investigación de diversas áreas de estudio con una perspectiva de género.
Por último, con las elecciones de 1988, se crea el grupo Mujeres en Lucha por la Democracia (MLD) conformado por mujeres de diferentes sectores con la finalidad de negociar sus demandas con los partidos políticos, apareciendo después de dos décadas la vinculación con los organismos políticos y gubernamentales. A través de esto, se establecieron tres ámbitos de lucha: por la democracia, contra la violencia de género y por el derecho a la vida.
Tercera Ola: alianzas y conversiones (1988-2000)
En la última década se presenta un declive en la situación de las mujeres e indígenas con el incremento de desigualdades debido a la adopción del neoliberalismo como modelo económico.
A pesar de esto (o tal vez gracias a esto), se da un aumento en el número de militantes feministas de la mano con un incremento de organizaciones de la sociedad civil que desarrollan trabajos de promoción y salvaguardan los derechos humanos de las mujeres. Así mismo se establece sobre bases sólidas, la relación del movimiento con las instancias gubernamentales y se diversifica la incidencia de mujeres en los ámbitos políticos, desde aquellas que conforman propiamente el movimiento hasta las que se encuentran dentro del ámbito legislativo fijando objetivos con perspectiva de género. De esta forma se consolidan gran variedad de estándares en el ámbito político acerca de la participación de las mujeres en las cámaras de diputados y senadores.
Para dar fin a este artículo, me gustaría puntualizar un aspecto muy importante, el cual tal vez el propio lector pudo haber deducido por su propia cuenta. A lo que me refiero, es a la repetición de los temas por los cuales el feminismo lucha de forma general: los derechos de la mujer, desde los sexuales hasta los sociales y políticos. Independientemente de que algunos ya hayan sido establecidos en papel (cabe aclarar que aún así esto no asegura su cumplimiento) todavía faltan muchos más. Es por ello, que, el feminismo es una lucha y movimiento que debe seguir vigente hasta que todas las mujeres seamos libres y nos encontremos seguras en todos los ámbitos de nuestra vida.
Gracias por explicar los periodos, ¡buen artículo!