El aprendizaje no se basa simplemente en la memorización, lo que se memoriza se puede olvidar, pero lo que se aprende nunca se olvida
En la actualidad no solo importa la cantidad de conocimiento adquirido, sino la calidad y los procesos utilizados. Se enfatiza el uso de estrategias cognitivas y autorregulatorias (como la supervisión de la comprensión y la gestión del esfuerzo) para mejorar el rendimiento académico. Además, el aprendizaje requiere no solo habilidades, sino también motivación y disposición.
Las concepciones del aprendizaje son diversas se identifican en investigaciones previas. Saljö (1979) propuso cinco concepciones: incremento de conocimiento, memorización, adquisición de datos, abstracción de significado e interpretación de la realidad. Estudios posteriores confirmaron estas ideas, diferenciando entre enfoques superficiales y profundos del aprendizaje. Otras investigaciones, como las de Watkins y Regmi (1991, 1992), identificaron concepciones adicionales, como el aprendizaje como desarrollo personal, aplicación práctica y transformación del individuo. También se encontró la idea de que el aprendizaje real ocurre fuera del ámbito académico y que el conocimiento puede clasificarse como correcto o incorrecto (González, et al., 1997).
El aprendizaje es un proceso complejo que permite la evolución del individuo mediante la apropiación de conocimientos, habilidades y valores. Según Vigotski, la enseñanza guía el desarrollo, y cada persona tiene potencialidades que, con la adecuada estimulación, le permiten contribuir a la sociedad. No existe un consenso único sobre cómo ocurre el aprendizaje, ya que algunos lo ven como proceso, actividad o resultado. Autores como González y Castellanos destacan su carácter activo, integral y dialéctico, enfatizando la interacción social y la construcción de significados. Se resalta la importancia de la estimulación en el aprendizaje, definida como incitación o activación, ya que este requiere entusiasmo, intensidad y participación reflexiva. Además, aprender implica inducir, generalizar y reelaborar ideas a partir de la interacción con el entorno, siendo clave en la formación individual y social (Velázquez, et al. 2009).
El rápido avance de la ciencia y la tecnología requiere individuos creativos, autónomos y con sólidos valores éticos que puedan actualizar sus conocimientos constantemente. Para ello, los sistemas educativos deben formar ciudadanos capaces de aprender de manera autónoma y tomar decisiones acertadas. Se implementan metodologías activas basadas en el constructivismo, donde el estudiante construye su propio conocimiento con el docente como facilitador. Estas metodologías fomentan el pensamiento crítico, la investigación, el trabajo en equipo y la autorregulación del aprendizaje. Entre ellas destaca el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), que impulsa la resolución de problemas, el aprendizaje cooperativo y la autonomía. Sin embargo, persisten problemas en la enseñanza tradicional, como el uso excesivo de la exposición magistral y la falta de metodologías innovadoras.
Referencias
González Cabanach, R. (1997). Concepciones y enfoques de aprendizaje. Revista de Psicodidáctica, (4), 5-39.
Velázquez Peña, E. A., Ulloa Reyes, L. G., & Hernández Mujica, J. L. (2009). La estimulación del aprendizaje. VARONA, (48-49), 50-54.
Guamán Gómez, V. J., & Espinoza Freire, E. E. (2022). Aprendizaje basado en problemas para el proceso de enseñanzaaprendizaje. Revista Universidad y Sociedad, 14(2), 124-131.
Comments