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Grete Hermann: pionera olvidada de la mecánica cuántica

Actualizado: 2 dic 2020

La mayoría de los nombres más recordados en la mecánica cuántica son de hombres como Schrödinger o Heisenberg. Por otro lado, existen nombres, un tanto olvidados, de otras mentes brillantes en este campo. Tal es el caso de Grete Hermann, matemática, activista anti Nazi y filósofa de física cuántica. A la edad de los 24, Hermann obtuvo su doctorado en la Universidad de Gotinga bajo la tutela de Emmy Noether, otra matemática de renombre de la época. Su tesis doctoral «La cuestión del número finito de pasos en la teoría ideal de polinomios», es el trabajo fundamental para el álgebra computacional, gracias a su desarrollo en el álgebra abstracta. Su tesis estaba avanzada a su época, ya que, comprobó que la demostración del teorema de Lasker-Noether podía convertirse en un algoritmo de computación primaria mucho antes de que la computación tuviera una utilidad real.

Después de conseguir su doctorado, Hermann se involucró en la filosofía de la ética y la educación al trabajar con el filósofo Leonard Nelson. Tras la muerte de este en 1927, Hermann continuó apoyando la organización política que él fundó para promover el socialismo, el “Internationaler Sozialistischer Kampfbund” (ISK). Más tarde, esta organización sería parte de la resistencia y oposición del partido nazi previo y durante la Segunda Guerra Mundial.

Mientras tanto, la física cuántica se inclinaba hacia su apogeo dado el descubrimiento de un universo subatómico que desafiaba las leyes de la física clásica. Anterior a esto, no se tenían respuestas concretas sobre por qué los fotones y electrones tenían un comportamiento tanto de partículas como de ondas. Entonces, Hermann, que había empezado a trabajar con físicos como Heisenberg a la edad de los 30, descubrió un error en la lógica de la supuesta demostración de John von Neumann, acerca de la imposible existencia de variables ocultas en la mecánica cuántica. En un universo cuántico, ella argumentó, debía dejar de pensarse sobre una verdad absoluta y comenzar a pensar en puntos de vista fragmentados. La naturaleza de los sistemas físicos depende del contexto en que se consideren; es decir, las verdades que revelan dependen totalmente de las herramientas con las que se miden y observan. Esto es a lo que Hermann llamó, «partición de la verdad».


A pesar de haber descubierto un error tan esencial y haber aportado un gran avance a la mecánica cuántica, la refutación de Hermann pasó desapercibida por décadas. Fue hasta 1965 cuando John Bell redescubrió el mismo error, que dejó de aprobarse la demostración de Neumann. Una posible explicación de esta situación es la gran diferencia entre la reputación de alguien reconocido como Neumann ante la de una matemática desconocida. Aun así hubo diversos matemáticos relevantes para la época que siguieron las ideas de Hermann, por lo que otra posible explicación es que no haya tenido tanto respeto en la física como en las matemáticas, ya que, se incorporó a la física desde las matemáticas, la filosofía y la ética. Adicionalmente, su ideología política difería de la mayoría de la comunidad científica de su época, así como también el idioma inglés empezaba a tomar mayor relevancia que el alemán en el mundo de la ciencia, siendo que los trabajos de Hermann no se traducirían hasta años después de haberse publicado.

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