Programadoras sin reconocimiento

Durante la segunda mitad del Siglo XX, las investigaciones científicas empezaron a apoyarse en la programación y los programadores para analizar grandes cantidades de datos y realizar procesos estadísticos complejos. Para realizar estos procedimientos se necesitaba de una gran comprensión del hardware computacional, así como bases sólidas en matemáticas. No obstante, quienes desarrollaban, corrían y analizaban los datos desde cero apenas se mencionaban en el apartado de agradecimientos, rara vez leído, mientras que otros científicos fueron acreditados como autores de las investigaciones.

Un grupo de estudiantes de la Universidad de Brown y la Universidad del Estado de San Francisco, se dieron la tarea de buscar los nombres de las personas cuyos trabajos en la ciencia como programadores fueron enterrados en los pies de página. Se descubrieron a docenas de mujeres programadoras sin el reconocimiento debido por sus aportaciones.

Durante la década de 1970, el 59 % de los programadores eran mujeres, sin embargo, solo el 7 % eran reconocidas como autoras, en el área de genética poblacional. Esto indica que, las mujeres siempre han estado involucradas en el desarrollo de la ciencia, a diferencia de lo que se podría creer si solo se revisan los nombres de los acreditados como autores de las investigaciones.

Ahora, veamos un caso puntual de esta situación. El estimador de Watterson es un método para describir la diversidad genética dentro de una población, llamado así por su creador, G.A. Watterson. Este método, fue desarrollado para el artículo de 1974 ‘’On the number of segregating sites in genetical models without recombination’’, que, hoy en día, sigue teniendo como único autor a Watterson. Dentro del artículo se agradece a la estadística Margaret Wu por su ‘’ayuda con el trabajo numérico y, en particular, por calcular la tabla I’’. No obstante, su trabajo fue fundamental para desarrollar este estimador estadístico que fue trascendental para la genética poblacional.

A partir de la década de 1980, el trato hacia los programadores pasó de relegarlos a la sección de agradecimientos a reconocerlos como autores de las investigaciones. Este cambio coincide con dos eventos que ocurrieron simultáneamente en el área de la programación. El primero fue que las tareas respecto al análisis numérico recayeron más en estudiantes de posgrado. El segundo evento resultó ser una transición entre las personas que se dedicaban a hacer estas tareas, de ser mujeres con baja remuneración, a ser, en su mayoría, hombres.

Las mujeres, además de participar en el desarrollo de la genética poblacional teórica, contribuyeron tanto en cantidad como en calidad, a pesar de no contar con la autoría en las publicaciones. Finalmente, es importante resaltar el trabajo hecho por las mujeres en la ciencia para así, dejar de subestimar las aportaciones debido al género de la persona que lo realizó. Asimismo, aumentar las representaciones de las mujeres, con su respectivo reconocimiento, puede mejorar los resultados profesionales de las mujeres que están entrando en el campo.